UN 26 DE ABRIL DE 1959 RACING VENDE A ITALIA A PEDRO WALDEMAR MANFREDINI UN GOLEADOR NATO Y UNA PERSONA EXCEPCIONAL: AQUI PARTE DE LA HISTORIA DE ESOS AÑOS.
Pedro Waldemar Manfredini fue un centro delantero del Racing campeón de 1958, ayer nomás, ese año anotó 19 goles.
La delantera de la Academia integró la selección nacional que ganó el Sudamericano del mismo año en la cancha de River.
Fue un año después de
que Brasil asombrara al mundo e iniciara su reino con Pelé y Didi. Los
verdeamarelos salieron segundos. El partido Argentina- Brasil salió uno a uno.
Nuestra delantera: Corbatta, Pizutti, Manfredini, Sosa y Belén. El gol lo
hizo Juan José Pizutti con un cabezazo que paso entre las piernas del arquero.
Dos años antes, en el 57, Argentina había ganado el Sudamericano de Lima con una delantera que se recuerda como una de las más geniales que tuvimos, totalmente desaprovechada ya que los pibes emigraron. Los recordamos: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sivori, Cruz.
Dos años antes, en el 57, Argentina había ganado el Sudamericano de Lima con una delantera que se recuerda como una de las más geniales que tuvimos, totalmente desaprovechada ya que los pibes emigraron. Los recordamos: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sivori, Cruz.
Todo
esto para mostrar la variedad de jugadores de los que disponía nuestro
país, brillantes y sin organización.
Manfredini emigró de inmediato a Italia, a la Roma, jugó varios años y se quedó a vivir ahí y puso un boliche con su mismo apodo: el Piedone, algo así como el Patón, pata grande.
Manfredini emigró de inmediato a Italia, a la Roma, jugó varios años y se quedó a vivir ahí y puso un boliche con su mismo apodo: el Piedone, algo así como el Patón, pata grande.
Recuerdo
este nombre ya que no lo escuché mencionar nunca más. Era un jugador muy veloz
y encarador.
A punto
estuvo Racing de conseguir el tetracampeonato en 1952. Apenas un punto lo
separó de River, el campeón, que sería el gran heredero de la dinastía
académica de esos años.
.. Pero... ¿qué hubiera
pasado si Racing lograba la cuarta corona en 1952?
A pesar de que el paréntesis de títulos de Racing se extendió hasta 1958, durante esta etapa el equipo se mantuvo entre los que discutieron los campeonatos. Ya se dijo que en 1952 quedó apenas a una unidad de River, el primero. Al año siguiente compartió el segundo puesto con Vélez, aunque finalmente Racing fue tercero por diferencia de gol. En el tricampeonato conseguido por River en 1955, 1956 y 1957, Rácing se ubicó segundo, cuarto y tercero, respectivamente.
A pesar de que el paréntesis de títulos de Racing se extendió hasta 1958, durante esta etapa el equipo se mantuvo entre los que discutieron los campeonatos. Ya se dijo que en 1952 quedó apenas a una unidad de River, el primero. Al año siguiente compartió el segundo puesto con Vélez, aunque finalmente Racing fue tercero por diferencia de gol. En el tricampeonato conseguido por River en 1955, 1956 y 1957, Rácing se ubicó segundo, cuarto y tercero, respectivamente.
Esos años, además de las buenas producciones del
conjunto de Avellaneda, sirvieron para la consolidación de grandes figuras del
futbol argentino, como el arquero Rogelio Domínguez, Humberto Maschio, Pedro
Manfredini, Antonio Valentín Angelillo y el magnífico Oreste Osmar Corbatta,
“El Loco”, un futbolista exquisito, un puntero derecho que marcó una huella en
nuestras canchas, sin distinción de colores, y que triunfó con otra celeste y
blanca, la de la selección, en el recordado Sudamericano de Lima, en 1957.
En 1952 se había armado un buen equipo. Pedro
Dellacha y el arquero Alberto Favalli (ya había jugado en Racing en 1947)
llegaron de Quilmes, “Palito” Balay de Huracán y Juan José Pizzuti abandonó la
camiseta de River para ser adoptado para siempre por la gente de Racing.
Se retiró el guardavalla Antonio Rodríguez y Ameal se fue al Globo. En 1953 empezó a preocupar la edad de los jugadores. Puzzuti era el más joven, con 26 años, pero Boyé, Méndez, Simes y Sued ya tenían 30. Se reforzó la delantera con Ortigüela (Newell’s) y el regreso de Ameal. Para la floja campaña de 1954 se adquirieron los pases de Cap, Maschio y Sivo a Quilmes, y Boyé se fue a Huracán. Para 1955, Pizzuti se fue por un año a Boca y Méndez pasó a Tigre, pero se incorporaron Angelillo, de 17 años y proveniente de Arsenal, y Adalberto Rodríguez, de Banfield. Se afianzaron Maschio y Corbata, y Cigna y Santos aportaron lo suyo en ataque. Los cimientos de la renovación estaban puesto y firmes.
EN MENDOZA ANTES DE VENIR A RACING |
Se retiró el guardavalla Antonio Rodríguez y Ameal se fue al Globo. En 1953 empezó a preocupar la edad de los jugadores. Puzzuti era el más joven, con 26 años, pero Boyé, Méndez, Simes y Sued ya tenían 30. Se reforzó la delantera con Ortigüela (Newell’s) y el regreso de Ameal. Para la floja campaña de 1954 se adquirieron los pases de Cap, Maschio y Sivo a Quilmes, y Boyé se fue a Huracán. Para 1955, Pizzuti se fue por un año a Boca y Méndez pasó a Tigre, pero se incorporaron Angelillo, de 17 años y proveniente de Arsenal, y Adalberto Rodríguez, de Banfield. Se afianzaron Maschio y Corbata, y Cigna y Santos aportaron lo suyo en ataque. Los cimientos de la renovación estaban puesto y firmes.
En 1956, a pesar de que se fueron Angelillo (a
Boca) y el veterano Simes (a Tigre), sólo se incorporó el puntero izquierdo
Juan Carlos Mendiburu, de Vélez. Al año siguiente se sumó el mendocino Pedro
Manfredini y Raúl Belén, mientras el
pasivo del club se saneaba gracias, fundamentalmente, a los ingresos generados
con las ventas de Rogelio Domínguez y el Bocha Maschio. El arquero Osvaldo
Negri y el zaguero Juan Carlos Murúa dejaron las inferiores para sumarse al
plantel profesional.
Vale hacer un paréntesis para mencionar el suceso
logrado por el seleccionado argentino en 1957, en Lima, Perú. La selección se
consagró campeona con un futbol de alto vuelo y una delantera fenomenal en la
que tuvieron determinante participación tres hombres de Racing: Corbatta,
Maschio y Angelillo. “Los carasucias”, como se conoció a aquellos atrevidos
jóvenes que le cambiaron la cara a la otra celeste y blanca, formaba arriba con
Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz.
DELANTEROS CORBATTA KELLEMAN MANFREDINI SOSA Y BELEN |
Tal vez por esta actuación también haya sido mayor el gran fracaso en el Mundial de Suecia, un año después, que generó una depresión en el futbol argentino, ya que la gente quedó desencantada con el equipo dirigido justamente por el armador del tricampeón académico, Guillermo Stábile. Pero para Racing no fue malo ese año porque quebró la hegemonía millonaria y volvió a gritar campeón.
En el banco, Racing tenía a un hombre de la
casa, José “Pechito” Della Torre, que supo combinar la prestancia de hombres
como Corbatta, Manfredini, Cap, Pizzuti, Dellacha, Murúa, Sosa, Belén y Anido
para darle a la Academia un nuevo título, con el que se rompería el magnetismo
que River tenía con los títulos locales y que sólo pudo recuperar 18 años
después.
Racing llegó a la consagración dos fechas antes
del final del certamen, con el empate 3 a 3 frente a Lanús, como visitante. Nada fue
sencillo, porque el equipo perdía por 3 a 1, pero en la media hora final, con goles
Vladislao Cap y Pedro Manfredini, alcanzó la igualdad que significó un nuevo
campeonato para Racing, el cuarto en la era profesional. Poco importó que en
los dos cotejos finales empatara 2
a 2 con Vélez y perdiera 2 a 0 frente a San Lorenzo.
Lejos de conformarse, el equipo de Avellaneda se
mantuvo entre los de arriba en los dos torneos siguientes (fue segundo en 1959
y cuarto en 1960), hasta que en 1961 volvió a festejar un título, con un
plantel que tenía algunos valores nuevos, con el gran Federico Sacchi como
estandarte de elegancia y efectividad. También llegaron Borges, Mesías, Peano y
Berón. Lo de Racing fue modestia pura al lado del derroche de dinero de otros
clubes, encabezados por Boca y River, que creyeron ver la fórmula del éxito en
las contrataciones fulgurantes y los extranjeros. La Academia ni siquiera
perdió el equilibrio con el técnico: otra vez apostó a alguien con pasado en la
entidad, como Saúl Ongaro.
El grupo tuvo un andar notable en el certamen.
Mostró una seguridad y un andar firme que prácticamente le aseguraron el título
sin sobresaltos. Una serie de cinco victorias seguidas frente a Argentinos
Juniors, Boca, Los Andes, Ferro y Huracán en el inicio mismo del torneo le
permitieron al equipo de Ongaro forjar una imagen positiva que se prolongaría
por el resto del certamen. ,en la vigésimo séptima, con el éxito en el clásico ante San Lorenzo por 3 a 2 , la Academia se había
consagrado campeón.
La campaña no dejó dudas de su superioridad:
Racing ganó 19 de los 30 encuentros y fue categórico en las redes adversarias,
con 68 tantos. Un nuevo clásico frente a Independiente dejó un empate 1 a 1 y siete expulsados en
total, que implicaron que Pizzuti tuviera que atajar un rato. No importaba
demasiado, una nueva estrella en el cielo racinguista comenzaba a brillar.
QUE ENVIDIA, TANTOS RECUERDOS DE PORQUE LA ACADEMIA ESTA ENTRE LOS GRANDES DE LA HISTORIA. ANTE LA REALIDAD DE NUESTROS DIAS LA COMPARACION ES CASI OCIOSA....-
ResponderEliminarMe acuerdo de cabecita de oro: el Márquez Sosa
ResponderEliminarCabecita de oro el Márquez Sosa
ResponderEliminarSi bien era pibe, recuerdo la vuelta olímpica del 61’ , dos fechas antes. Cómo mis tíos eran dirigentes, tuve la suerte de almorzar con el “plantel” varias veces. En mi mente quedo grabado, como un tatuaje, el cariño y la buen onda de Oreste Corbatta!!! Inolvidables momentos de la infancia. Ya pasada, siendo ya Abogado, lo veía al “loco” deteriorado, solo y enfermo viendo los partidos en la platea. La gloria se la había bebido en copas de alcohol. Nunca voy a olvidar sus ojos tristes, llenos de nostalgias. PD: seguro está jugando en la selección del cielo con sus gambetas extraordinarias!!!
ResponderEliminarYo estaba con 15 años en la cancha de Lanus inolvidable.
ResponderEliminarSalvini, Mendez, Bravo, Simes y Sued.
ResponderEliminarCorbatta, Pizutti, Manfredini, Sosa y Belen.
Las dos mejores delsnterss
Manfredini,antes de ser vendido a Racing,fue gloria del Deportivo Maipú de Mendoza, donde nació.
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