Ramón Cereijo fue Ministro de Hacienda de Juan Perón, si bien el testimonio oral y los mitos y leyendas son conceptos diferentes, ambos forman parte de la “historia oral” dentro de la ciencia histórica y eso, valga la redundancia, es todo un decir.
Crecimos con la idea de que Juan Domingo Perón fue un adusto hincha de Racing.
El tricampeonato académico (1949-50-51), el éxodo colombiano que no pasó por Avellaneda, el crecimiento de la masa societaria (de 14.415 en 1942 a 36.636 en 1949) y sobre todo la inauguración del Cilindro (1950) llamado oficialmente “Estadio Juan Domingo Perón” dieron por cerrado el tema de la simpatía futbolística del mandatario, convirtiéndose en uno de los tantos Mitos urbanos
Años más tarde, cuando los medios crecidos, aparecieron testimonios (orales) sobre los afectos futbolísticos de Perón que lo corrían de Rácing a Boca.
Antonio Cafiero se refirió al asunto en 2009: “Esta situación de si Perón era o no hincha de Boca se discutió mucho tiempo. Y yo lo explico muy claro: cuando era ministro de Isabel, un día la agarré a la salida de una reunión de Gabinete y, delante de mis ex colegas, le dije: ‘Compañeros, acá tenemos una testigo insobornable. Que diga Isabel de quién era hincha Juan Perón’. Y sin vacilar ella dijo: ¡de Boca Juniors!”.
Más allá del bien y del mal, en su dialéctica misturada de humor y horror, Cafiero remata la anécdota con un “Puede ser que Isabel haya hecho muchas macanas, pero eso de tergiversar un sentimiento de Perón, ya me parecería demasiado.”
Cafiero explica que la introversión de Perón sobre el caso respondía a cuidar la imagen sobre los hinchas de los demás clubes.
En efecto, si bien se recuerda a Ramón Cereijo padrino de Rácing por entonces a la vez que Ministro de Hacienda tuvo también Boca a Raúl Mendé, secretario de Asuntos Técnicos de la Presidencia, aRíver el presidente Antonio V. Liberti, cónsul de Perón en Italia, Los Amargos a Valentín Suárez, funcionario de Evita en el Ministerio de Trabajo, San Lorenzo José Constantino Barro, Ministro de Industria y Comercio, Vélez Coronel Aníbal Imbert, amigo íntimo de Perón, Huracán, Oscar Pelliza, subsecretario de Educación, Lanús Cayetano Giardulli, Ministro de la Corte Suprema bonaerense y Ferro a Atilio Renzi, intendente de la residencia de Olivos y secretario privado de Evita.
Los partidos por la definición
del campeonato 1951 fueron partidos muy politizados.
Se sabia que Evita era hincha de Banfield y quería
que ganara el equipo del sur, porque sería el primer "chico" en ser
campeón.
Ramón Cereijo era hincha de Racing y secretario de Hacienda del primer
gobierno de Perón.
Antes del segundo partido
final, que ganamos con un zapatazo de Mario Boyé al minuto del segundo tiempo y
se jugó en cancha de San Lorenzo con todas las hinchadas en contra, les habló a
los jugadores:
'Muchachos, a mí me puede costar mi posición, pero ustedes
ganan'.
Curiosamente, Cereijo fue el
único miembro del gabinete que no ocupó cargos en la segunda presidencia".
"En 1964 le ofrecieron
la presidencia a varios personajes de peso en el club.
Pero nadie quería agarrar
porque no había un peso. Entonces se empezó a buscar a dedo por el padrón de
socios para buscar uno pudiente.
Hasta que se dio con Santiago Saccol.
Lo sondearon, y aceptó. Pero
había un problema.' no sabía ni dónde quedaba la sede. Era un play-boy, corría
picadas a las cuatro de la mañana en Caballito, en fín...
Fíjate
lo que es Racing, que alguien que no sabía la dirección del club terminó por
convertirse en uno de los mejores dirigentes, y sin duda, el que más éxitos
consiguió: campeón en el 66, de la Libertadores y la Intercontinental en el
67."
Estos son los motivos, RAMON CEREIJO mereció mas que nadie que el estadio lleve su nombre, claro la figura del General Perón lo eclipsó pero nosotros debemos saber la realidad y despolitizar el tema rindiendo un homenaje a quien renunciara a favores y cargos por su querido Racing. Es historia
Juan Antonio Fornasier