¿CULPA DE QUIEN?


La mitad del campeonato se encontraba con un Racing sólido en rendimiento, como en cantidad de puntos logrados. Habiendo superado esa brecha, la obtención de tan solo 2 puntos de los últimos 9 culmina en el acto que más distingue al hincha de fútbol: acusar peyorativamente a los encargados de que nuestras ilusiones futbolísticas se hagan realidad. 

Las culpas se reparten por todas las aristas que componen al club: ¿Son los jugadores, escuetos de personalidad para afrontar/finiquitar los partidos? ¿Es Zubeldía que carece del ingenio para administrar sus recursos? ¿O son los dirigentes, que no supieron vislumbrar que a este equipo le falta recambio?

En los últimos 6 encuentros, los concentrados fueron los mismos. De los 18, 7 arribaron en este campeonato (Corvalán, Camoranesi, Ortíz, Migliónico, Sand y Cámpora), mientras que 4 son juveniles surgidos del club, que ninguno llega a los 100 partidos en primera (Zucculini, Fariña, Vietto y Centurión). Es decir, la mayoría de este equipo precisa adaptarse a lo que es jugar en un equipo como lo es Racing. Porque el contexto es tumultuoso, la gente se conflagra con los protagonistas si estos no producen resultados en lo inmediato. Y para que un proceso de adaptación sea logrado en plenitud, es necesaria la estabilidad en el tiempo. El rendimiento colectivo, como el individual, tiende a ser progresivo a medida que los partidos transcurren y el proceso de adaptación fluye su curso natural. Sino Newell’s no sería puntero de este campeonato. Martino asume en el Clausura 2012 y saca 32 puntos en las 19 fechas. Hasta la fecha 14 acumulaba 25 puntos, tan solo 3 más que Racing en este campeonato. Zubeldía también necesita adaptarse a sus jugadores. El planteo, que cuando pierde es mezquino y cuando gana es inteligente, es realista. No sale “a ver qué pasa”, juega a sacar puntos, porque la realidad indica que es lo necesario para encontrar estabilidad. Y tampoco puede inventar recursos que no tiene. Hay posiciones en las que no hay recambio. Y eso ya abandona el terreno de su responsabilidad y pasa al de los dirigentes, que son un caso aparte. Este torneo se apostó a estabilizar las finanzas del club a partir de pocos refuerzos, aunque de jerarquía. Se intercambiaron contratos altísimos de jugadores que cumplían un ciclo sin pena ni gloria por contratos por productividad, reales para la realidad económica de un club argentino. Las expectativas fueron superadas: No solo que el pasivo disminuyó, sino que el activo aumentó. Al apostar por la cantera, Racing tiene dos jugadores (Vietto y Centurión) de target europeo, tazados en cifras millonarias de dinero.

El crecimiento se da paso a paso, la estabilidad se consigue con tiempo. Los jugadores, el cuerpo técnico y la dirigencia necesitan tranquilidad. Racing también.

Manuel Fernández Lemos

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