Por Juan Antonio Fornasier
RACING ganó el título del 66 al empatar con Gimnasia en la Plata, y una semana mas tarde, jugó contra El Amargo en el Cilindro, fue la tarde de la fiesta completa.
RACING ganó el título del 66 al empatar con Gimnasia en la Plata, y una semana mas tarde, jugó contra El Amargo en el Cilindro, fue la tarde de la fiesta completa.
La
rivalidad con los Amargos no era tan grande como ahora, comenta Humberto
Maschio mientras repasa mentalmente las imágenes de la vuelta olímpica en la
cancha de Racing y en la fecha siguiente de haber conquistado el campeonato de
1966. Una semana antes el Equipo de José había
empezado a festejar en la cancha de Gimnasia y Esgrima de la Plata donde había empatado0 a 0 con el equipo local, pero
la verdadera vuelta olímpica había que darla en casa.
empezado a festejar en la cancha de Gimnasia y Esgrima de la Plata donde había empatado
Entonces el
domingo 27 de Noviembre el Cilindro se preparó para la fiesta, enfrente iba a
estar el vecino que se tenía que comer la alegría ajena. Fueron pocos los
hinchas rojos que se animaron, y esos pocos aplaudieron al campeón.
Se viva de
otra manera el clásico en esa época, explica Maschio, Es mas cuando jugábamos
en su cancha nosotros almorzábamos en el club e íbamos caminando hasta el
estadio de ellos.
Como mucho
te podían gritar patadura o tronco pero nadie te iba a agredir. En realidad
todos los equipos queríamos ganarle a Boca o River, esos eran los encuentros
mas importantes del año para todos.
Con el rojo
estaba la pica por la cercanía, pero no era una rivalidad tan intensa como
ahora.
El
desarrollo del partido, además, perecía estar armado para seguir los festejos
Racing se puso 2 a
0 arriba con goles del Panadero Diaz y de Martinoli. Pero el equipo se olvido
de jugar, y el Rojo descontó por medio de Artime y el Bocha Maschio puso el 3 a 2 para Racing.
Cuando
faltaban 2 minutos, se produjo la primera invasión de público, que a esa altura
ya no le prestaba atención al partido. Sólo quería sentirse mucho mas cerca de
los protagonistas para agradecerles el nuevo campeonato, pero la euforia nos
jugo en contra.
Después de
trece minutos se reanudo el juego, Luis Artime otra vez metió el empate, pero
quedó para la anécdota. La vuelta olímpica empezó, pero duró apenas unos pasos.
Una nueva invasión de hinchas sobre el campo de juego hizo que el festejo se
pareciera a uno de los de estos tiempos, desordenado, caótico, pero feliz.
Esa vuelta olímpica llevaría a RACING al campeonato del Mundo y la dio en las narices del vecino.
Esa vuelta olímpica llevaría a RACING al campeonato del Mundo y la dio en las narices del vecino.
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