Contextualizar siempre es oportuno. Porque el contexto le
da relevancia al hecho, sino no deja de ser una estadística unidimensional, un
dato. Es verdad, un empate de local para un club como Racing, nunca se debe
festejar. Pero hay veces que, dado el contexto, un evento particular puede
tomar un carácter positivo. Es decir, un empate de local contra el puntero
invicto (con 8 goles a favor y 0 en contra) no es lo mismo que empatar con un
equipo que pelea el descenso, o perder
sin ideas contra el eterno rival ultrajado por la delicada situación en la que
se encuentra.
Racing llegaba al encuentro contra Lanús venido a menos.
El entrenador no solo tuvo que lidiar con un plantel corto, diezmado por ventas,
lesiones y suspensiones, sino que el ánimo hecho añicos post-clásico podía ser
un factor fundamental en la visita del puntero. Le jugó de igual a igual,
anulando el juego del rival con su polémico triple 5, que equilibró las
situaciones de gol para ambos lados ante un equipo que arribaba al cilindro con
un promedio de gol por partido de 2,67. Las figuras de Lanús no se sintieron
cómodas ante lo compacto del equipo dirigido por Zubeldía, pero Racing no fue
superior. Las críticas llueven sobre el planteo del técnico y sus posteriores
declaraciones. El planteo catalogado como ultradefensivo, que no difiere en
pretensiones al de la pasada campaña de 33 puntos, hoy es inentendible. Como
también porque si Lanús dejó de contar con los servicios de Fritzler, Valeri y
Castillejos entre otros, sigue siendo el mismo (y mejor también) que el torneo
pasado.
Lanús no es Racing. Para jugar en un equipo grande
apretujado contra la ansiedad, que ante el mínimo imponderable se magnifica
todo, hay que tener otro tipo de personalidad. Barcos, estrella en Ecuador,
indiscutido en Brasil, ni siquiera tuvo oportunidades en Racing. Luna, figura y
referente de Tigre, hoy suplente en River, apenas jugó 21 partidos y marcó un solo gol. Es otro club,
es otra hinchada, son otras presiones.
Se empató de local con el puntero. No es digno de
festejar. Pero las acusaciones peyorativas para con los protagonistas deben
tener en cuenta el contexto. Hoy está este plantel, este técnico, estos
dirigentes. Es lo que hay.
Manuel Fernández Lemos
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