DE CAMPEON DEL MUNDO A LA B Y DE ALLI A LA SUPERCOPA ESTO ES RACING


Por Juan Antonio Fornasier
Allá por 1985  había que volver a empezar. Otra vez había que arrancar de cero con el recurrente objetivo: regresar a Primera División.
Siguió Cejas como entrenador.
Arribaron Néstor Sicher, Miguel Angel Colombatti, Horado Attadía y Walter Fernández, que se transformarían, junto al Pampa Orte y a Daniel Severiano Pavón, en piezas esenciales para salir del ostracismo de una categoría ajena.

A diferencia del torneo anterior, el equipo no ganó en la primera fecha. Empató sin goles con All Boys. Con más ímpetu que lujos, con más voluntad que ideas, con más ganas que volumen de juego, RACING empezó a desandar el camino.
Había rivales difíciles, que estaban bien armados y que se habían preparado para dar batalla. Una vez más, era ríspido el recorrido. Entre todos esos adversarios, surgió Rosario Central, que al fin y al cabo se adjudicó el certamen y el título que lo diplomó de campeón para subir al fútbol dominguero.
En medio del torneo se alejó Cejas, y tras un breve interinato de Cacho Giménez, técnico de las inferiores, asumió Vicente Cayetano Rodríguez. Pero su paso fue fugaz y su fracaso, enorme. El equipo pareció perder el rumbo.
Entonces llegó otro hombre más emparentado con la rica historia de la institución: Alfio Basile. Después de mucho penar se consiguió un lugar en el octogonal. Con goles de Colombatti, Pavón y Orte, RACING venció a Banfield 3 a 1 en la cancha de Boca.
La revancha, en Vélez, fue ganada por el equipo del Sur por el mismo marcador, pero el reglamento le dio la derecha a RACING. Era evidente que debía mejorar si pretendía volver a Primera. Eso estaba claro. Los nervios, la tensión, la presión de la multitud que acompañaba partido a partido, por momentos le nublaba el camino al equipo.
En semifinales, el rendimiento mejoró notablemente y llegaron entonces dos victorias para dejar a Quilmes a un lado. Hubo que definir con Atlanta. Otros ciento ochenta minutos con el más alto voltaje. Pero en la primera cita, RACING prácticamente liquidó la cuestión. Goleó 4 a 0, con dos tantos de Walter Fernández, uno de Colombatti y otro de Pavón. La noche del viernes 27 de diciembre y se recaudaron 128.963,30 pesos, todo un récord , el árbitro file Carlos Mastrángelo.
RACING y Atlanta volvieron a verse en el Monumental y se completó el trámite con un empate (1-1). RACING formó con Wirtz; Washington González, Longo, Costas, Sicher; Italo Ortiz, Cordero, Attadía; Orte, Pavón y Walter Fernández.
En el primer tiempo, Néstor Sicher se llenó los pulmones de gol con un zurdazo desde lejos. RACING era una fiesta, era el rostro multitudinario del desahogo.
Después. en la segunda parte, igualó Heber Bueno para el cuadro de Villa Crespo.
Pero la sentencia estaba firmada. La permanencia en Primera B había terminado.
Alflo Basile, quien en el epilogo de aquel encuentro fue expulsado a raíz de su reclamo desesperado para que acabase el juego de una buena vez, diría enseguida en Clarín: "Era a matar o morir, y matamos".
El sol volvía a salir. Héctor Rinaldi había ganado las elecciones, sucedía en el cargo a Enrique Taddeo, y de ese modo. con el equipo de nuevo en Primera, se inició una flamante administración.
Como RACING pasaría algunos meses sin jugar, a los miembros de la Comisión Directiva se les ocurrió rentar el equipo a un club mendocino. Entonces, todo el plantel se puso a disposición de Argentino de Mendoza, que luchaba por ganar el torneo regional. Pero la experiencia no funcionó. El cuadro fue un fracaso y todo terminó en un enorme disgusto. No empezaba de la mejor manera el nuevo ciclo en el fútbol grande de la Argentina. Pese a todo, con la participación en el campeonato de Primera División 1986/87, el pueblo de RACING volvió a disfrutar de esa singular ceremonia de ir a la cancha domingo a domingo.
Basile no arregló su continuidad y volvió a ser técnico Rogelio Domínguez. Después de la temporada estival en Mar del Plata, el equipo jugó un amistoso con All Boys, que formó parte de la operación mediante la cual llegó Néstor Fabbri.                                                                                                                              
Aquella insólita operación de "préstamo colectivo" a la entidad mendocina, incluyó al entrenador y a estos 18 jugadores: Wirtz, Vázquez, Costas, Fabbri, Washington González, Attadía, Ortiz, Colombatti, Acuña, Olivera, Fernández, Zubczuk, Astegiano, Lamadrid, Medina Bello, Cordero y Szulz. Se sumó el arquero Esteban Pogany.
Y luego, si, RACING intervino nuevamente en la máxima categoría del fútbol nacional.
Sin embargo, se encontraría, en poco tiempo, muchos palos en la rueda. La marcha irregular del equipo desembocó en la presencia intimidatoria de los barrabravas, hasta se metieron incluso dentro del vestuario para insultar al técnico o amenazar, por ejemplo, al arquero Esteban Pogany.
Se cerró el cido de Rogelio Domínguez como entrenador. El cuadro no tenía horizonte ni timón. La Subcomisión de Fútbol dirigió el plantel, también colaboró Nelson Chabay. Y volvió Basile. Y con el Coco el equipo remontó vuelo, al menos un poco, hacia fines de 1986. Todavía estaba fresca la gloria del seleccionado argentino, campeón mundial en México y con Diego Maradona en la cumbre del universo.
Retornó el Pato Fillol para que el fondo tuviese mayor garantía en el arco. El semblante de RACING fue cambiando y de aquella posición por debajo de mitad de tabla, el conjunto de Basile empezó a escalar.
Goleó 4 a 0 al RACING cordobés, de visitante. Más tarde venció a Deportivo Italiano 3 a 0. Y a San Lorenzo 3 a 1, ya con Astegiano y Olarán entre los titulares. De este modo, siguió trepando hasta quedar ubicado en el quinto renglón de la tabla, debajo de Rosario Central, que salió campeón, de Newell's, de los Amargos y de Boca.
Ya era 1987. Juan De Stéfano asumió la conducción de la institución. Continuó Alfio Basile al frente del plantel y llegaron, para la temporada siguiente, 1987/88, José Raúl Iglesias y ese uruguayo talentoso llamado Rubén Paz. Y los dos se metieron al hincha en un bolsillo en muy poco tiempo.
El primero, a fuerza de goles; y el segundo, con su gran bagaje futbolístico a cuestas. El Toti Iglesias sería finalmente el goleador del equipo con 16 gritos. Antes del campeonato, había dicho que su promedio de goles era de 15... Vaya si cumplió el Toti. La campaña fue buena. Terminó en el tercer lugar, a sólo un punto del segundo, San Lorenzo. El campeón fue Newell's.
Y si la campaña fue para destacar, el comienzo de aquella temporada tuvo mucho que ver. Fue un segmento espectacular. El equipo enhebró cinco partidos seguidos con victorias y sin recibir  goles en el arco defendido por Filiol lo que se constituyó en un record absoluto. Pero sin dudarlo el triunfo sobresaliente de ese comienzo arrasador fue la tremenda victoria frente a Boca por 6 a 0, con 2 goles de Iglesis 1 de Medina Bello 2 de Colombatti y uno de Acuña . Además la Academia había vencido a Union a RACING de Córdoba, a Talleres y a Banfield.
Fueron asomando asi Catalán, Decoud, Rabuñal Hugo Perico Perez,
La otra goleada que pergeñó RACING en la temporada fue contra Instituto de Córdoba, al que le ganó 5 a 1 con dos goles de Medina Bello, dos de Iglesias y uno de Walter Fernández. Como hacía mucho tiempo no sucedía, el equipo había encontrado un perfil definido. Había vuelto a cautivar en serio a su gente. En el ámbito local no se coronó el buen desempeño con la obtención de un título. Es más, llegó a la última instancia de la Liguilla Pre-Libertadores, pero ahí cayó con San Lorenzo.
Sin embargo, ese plantel tuvo el privilegio de me-terse en las vitrinas de la institución al atrapar la Supercopa. Y fue en la primera edición de este certamen destinado a aquellos clubes que alguna vez habían ganado la Copa Libertadores.
Como para quedar a mano con la propia historia, RACING, una vez más, marcaba el rumbo a seguir.
Era el tiempo de una oportunidad cargada de los mejores sueños que porta el fútbol, pero en un club en que la vida social y cultural interna, distintiva de otras décadas, estaba en decadencia.
Una decadencia enmarcada en las crisis políticas y económicas de la institución. Si había expectativa de sonrisas en el RACING Club que se arrimaba al final de la década del ochenta, esas sonrisas sólo se dio ei primero de ios seis pasos necesarios para alcanzar la Copa.
El miércoles 24 de Febrero se levantó el telón en Avellaneda para el equipo de Basile con una clara victoria frente al Santos por 2 a 0. Los goles aquella noche fueron convertidos por Iglesias en el primer tiempo y Colombatti en el amanecer del segundo. Los noventa minutos de vuelta, el 3 de marzo en suelo brasileño, concluyeron sin goles. Y de este modo RACING siguió viaje.
Saltó la siguiente fase, la programación le hizo un guiño porque había una cantidad impar de participantes y así se ubicó en semifinales. Pero ahí venía complicada la cuestión porque el rival era River, que acababa de eliminar a Gremio de Porto Alegre y que cargaba con la chapa de su vieja paternidad como mejor carta de presentación.
Se encontraron primero en Avellaneda. Fue el 25 de mayo. el día del cumpleaños número 87 de River.
Como es la primera vez que se jugaba este campeonato es precisamente el título que le faltaba ganar a RACING, decía con entusiasmo Nestor Fabbri mientras matizaba la espera del clásico.
RACING ese día formó con: Filiol que fue figura, Saporiti, Costas, Fabbri, Olarán, Acuña, Ludueña. Colombatti; Catalán, Medina Bello y Walter Fernández.
En River estaban entre otros, Oscar Ruggeri, el Negro Omar Palma  Claudio Paul Caniggia.
Justo sobre la finalización del primer tiempo, Jorge Borelli abrió la cuenta para los visitantes. Y así se fueron al descanso.
Reanudaron y enseguida empató Walter Fernández de penal. Y pocos minutos después volvió a marcar Walter, con su potencia y su capacidad desequilibrante, acaso en el mejor momento de su carrera.
La revancha se llevó a cabo el 1° de junio en el Monumental, justo a diez años exactos de la inauguración del Mundial 78 en ese mismo estadio.
La ventaja no nos va a condicionar. No le va a resultar fácil a River llevarnos por delante. Sobre todo porque nosotros no vamos a abandonar el protagonismo que siempre nos caracterizó", adelantaba Miguel Angel Ludueña, quien al cabo sería de una de la grandes figuras en una noche que tuvo un final repleto de suspenso y emoción. Otra vez se puso en ventaja River, ahora con un penal convertido por Nelson Gutiérrez a los 20 minutos del segundo tiempo. En el equipo de Carlos Griguol volvieron a ser titulares Héctor Enrique y Antonio Alzamendi. Los últimos tramos fueron a puro vértigo, con la incertidumbre viajando de aquí para allá.
Hasta que en el último instante del partido Fabbri metió un cabezazo goleador que venció a Nery Pumpido. 
River se quedó sin nada, eliminado. Y RACING se calzó el traje de finalista. Finalista de un torneo internacional, algo que tanto se añoraba por Avellaneda. Del otro lado de las ambiciones se instaló otro equipo brasileño, el Cruzeiro.
Las finales fueron programadas para el 13 y el 18 de ese mismo mes. Y  el duelo de ida, una tarde de lunes, fue en el Cilindro con televisación en diferido de Canal 9.
Lo cierto es que la primera final de la primera Supercopa quedó en poder de RACING, nomás. Ganó 2 a 1. Y otra vez con el sufrimiento como estigma. Otra vez teniendo que torcer la historia, porque empezamos perdiendo. Robson puso en ventaja a los visitantes pero a los 36 minutos de juego Walter Fernandez de penal marcó el empate y cuando parecía que la igualdad quedaba sellada y a dos minutos del final el propio Walter , reflotó su potencia y su espíritu ganador y se fue por la raya izquierda atropellando a sus marcadores, alcanzó la línea de fondo y puso el pase fuerte hacia atrás y alli Miguel Colombatti acomodo la pelota sobre el palo izquierdo del arquero Wellington que nada pudo hacer, y entonces todo fue una fiesta.
Ahora había que ir de visitante pero el Coco Basile pronosticó “ no habrá tercer partido”
Y con esa fe partieron a Brasil en busca de una nueva epopeya. La primera Supercopa.
El sábado 18 de Junio en el inmenso Mineirao de Bello Horizonte RACING salió a la cancha con Filiol, Vazquez, Cosatas, Fabri, Olarán Acuña, Ludueña, Colombatti, Rubén Paz, Catalán y Walter Fernandez.
A los 43 del primer tiempo, Omar Catalán puso el 1 a 0 en un momento clave de la superfinal, después Cruzeiro empató por medio de Robson pero ya era demasiado tarde para cambiarle el rumbo al destino. Entraron Medina Bello por Catalán y Perico Perez por Rubén Paz, se fueron expulsados en el epílogo Colombatti y el brasileño Heraldo, y tras el pitazo final la Supercopa fue de la Academia.
El panadero Diaz exclamaba ¡Cuantas ganas que tenía de gritar, Cuantas ganas 
Esto no es solo el resultado de un trabajo es la ansiedad de un grupo de gente de esos que sentimos a RACING bien adentro y que desde hace varios años sufríamos por lo mismo.
Y el Coco a su lado decía “la alegría es la misma de siempre aunque ahora uno la tome con mas calma que antes. La alegría es la misma porque soy hincha de RACING, quiero en este momento que se tome conciencia que RACING volvió a abrir la puerta de la historia, Y ESTÁ EN EL LUGAR DONDE SIEMPRE TUVO QUE ESTAR, con los grandes ganando títulos” .
El plantel fue recibido con todos los honores en Ezeiza “Este recibimiento es impactante declaraba Gustavo Costas al arribo.
Y enseguida se armó una caravana celeste y blanca desde el aeropuerto hasta el centro.
Omar Catalán no entendía como era eso de convertirse en ídolo de un día para otro.


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