Por Juan Antonio Fornasier
Aquellos que como yo, solo por razones de edad, hayan estado en el Cilindro desde su inauguración respetamos los códigos que allí existieron y que como un fantasma, incorporados al bendito cemento hoy aún se los siente circular por el estadio aunque muchos no sepan de sus inicios o de su abolengo racinguista.
Después de concluido el Año 1951 y con el primer tri-campeonato del profesionalismo (recuerdo que Racing tuvo 5 tri-campeonatos que lo transformaron en el primero y único hepta-campeón del fútbol argentino en el amteurismo), Racing tuvo un período de abstinencia de campeonatos, pero como todo llega a su fin reverdeció en el año 1958, cuando paradógicamente se hundía el Fútbol Argentino en el desastre de Suecia.
Nuestro Racing ajeno a esa corriente mantuvo a sus ídolos e incorporó jugadores en los dos años siguiente formando el fenomenal equipo del 61 que se clasificó Campeón en forma adelantada y dando las ventajas de una celebración anticipada.
Y sigo con la historia: por esa época, el Cilindro sin sus butacas alojaba a 100 mil personas, yo mismo vi un clásico con el innombrable vecino donde se calculo en 97000 personas a los que hay que agregar los colados de siempre o los amigos de alguien.
Con tanta gente parada, porque era imposible sentarse durante el partido, y si no lo hacías rápido también en el entretiempo, aunque en esa época la hinchada de la parte inferior acostumbraba a cambiar de arco en esos quince minutos para ver a la famosa delantera Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén,
Decía; que con tanta gente parada, moviéndose y saltando el comportamiento de los tablones de cemento que solo están apoyados en esa magnífica obra de ingeniería, era estremecedor y daba mucho miedo a los que venían por primera vez.
También quiero aclarar que en esa época los primeros llegábamos al estadio a las 11.15 para ver jugar a la famosa tercera división donde los genios encabezados por un 9 de nombre Juan Carlos Oleniak y un 8 de nombre Tambasco y un 10 Pedro Marchetta, que alternaban en primera y nos deleitaban con fútbol y goles, que digo goles, muchos goles.
A las 13.30 jugaba la reserva que como no había cambios en primera, jugaba a plantilla completa todo un aperitivo para la primera que salía al campo de juego con estadio repleto a las 13,05 para iniciar su camino hacia el lugar donde se encontraba el grueso de la tribuna y dar los hurras frente a sus hinchas (no en el centro de la cancha).
13,15 en invierno y 14,15 en verano empezaban todos los partidos de la fecha sin radio portátil, sin celulares, solamente con una revista que valía muy pocos centavos llama Alumni donde estaba la fecha y cada equipo representado con una letra respondiendo a un cartel con las mismas letras que había en un rincón de la cancha detrás del arco a un costado que cambiaba con los resultados de otras canchas y con el griterío habitual si el resultado favorecía o no.- FOTO -
Se jugaban los primeros minutos, con el griterío habitual de aliento enfervorizado que trasuntaba la alegría de ver después de 7 días al querido Racing.
Y aquí viene el meollo de esta nota los primeros 20 minutos. Era fundamental, yo diría imprescindible que antes de esa hora el equipo este en ventaja, ese gol era el mas celebrado salvo ocasiones de grandes definiciones.
Todos estaban esperando, hinchas, jugadores, directivos, periodistas, a ese gol antes de los 20. Y si no venia que ? me dirán ustedes ...
Bueno si no venía, sucedía muy pocas veces en ese año clave 1961, cada avance de Racing, cada tiro libre, cada corner a favor se producía una vibración producto de los golpes de los pies de miles de hinchas todos al mismo tiempo, que movía el cemento, no solo en forma vertical sobre los tablones apoyados sino que también se flexionaba la estructura, y había movimiento de adelante hacia atrás, que hacía palidecer a mas de un novato, y disfrutarlo aquellos que ya conocíamos ese movimiento.
Y eso ha quedado en el tiempo, una leyenda ? una realidad ? un mito ? Quien lo sabe ? Solo por razones de distancia veo a Racing por TV y lo siento como si estuviera allí en el Cilindro,
Llegando a la media hora de juego si no hay un gol a favor los nervios y la ansiedad transforman mi entorno como si estuviera allí detrás del arco.
Y ese fantasma nunca mas dejará el Estadio, será así por siempre y allí estarán los firuletes con la pelota de Corbatta, las jugadas cerebrales de Pizutti, las llegadas del tanque Mansilla, las genialidades del Marqués Sosa y las locuras del negro Belén con la pelota atada al botín pasando entre piernas rivales y dando pases gol magistrales.
Y antes de esta época y después de la misma estará esa magia del Cilindro donde cada vez que nos reunimos para ver a Racing, vemos como la gente se queda después del partido a disfrutar el estar, porque allí adentro hay una magia que estará por siempre y hace que sea UNA PASIÓN INEXPLICABLE
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Lo veo desde 1948 que fuí a la cancha de SAN LORENZA 3/2 a N.O.B. Sentado en la platea tras el arco de ANTONIO RODRIGUEZ que me sonrió cuan fué a buscar una pelota.Luego el CILINDRO GLORIOSO como vos,y GLASGOW ,EL CILINDRO Y MONTEVIDEO,tengo la copia de las tres entradas.Hoy ví con pena perder con el rojo.DESASTROZO.Pero mi pasión puede más.Ya vendrán otras glorias.Mis 83 viendo a RACING...
ResponderEliminarABRAZO
ABRAZO DE GOL
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