No sé que hace con
los pies, no alcanzo a entenderlo, lo veo y no lo capto, es un bailecito, un
firulete como en el tango que se yo, algo así.
A veces va y viene, llega al fondo y vuelve,
y cuando vuelve como si de ajedrez se tratara parece que tiene todo resuelto en
su cabeza porque la jugada inevitablemente es gol, propio o ajeno pero para su
equipo es gol seguro.
Y casi siempre pegadito a la raya anda,
normalmente, sea un equipo grande o chico al que enfrenta lo marcan de a dos, a
veces tres también y para él es igual, como en una película de acción se saca
los rivales de encima con una finta, con un extraño movimiento, rápido o lento,
no sé, es el firulete ese que les digo, no sé que hace pero sigue, como si los
saltara despacito, se escabulle flaco como es y la redonda pegadísima al pié,
atadísima a sus piernas. Parece un ser etéreo, un ser especial ideal para ir a
verlo, un espectáculo que simpatizantes de todos los clubes no se quieren
perder.
El es un Crack, de los que no se verán muchos
luego…
De vez en cuando saca un disparo, de cerca,
de lejos de donde sea, no le importa, las distancias no son nada para él y el
arco es la meta sea su ángulo o un pique al costado del arquero, o el lugar que
quedó vacío porque ya no queda nadie para detenerlo.
Otras veces es la cabeza de un compañero o a
sus piernas a donde dirige el balón, inevitable gol o gran jugada igual. Pura
intuición es en la cancha, no es lo mismo fuera, su vicio lo condena, le resta
mucho dicen pero él se encarga domingo a domingo en cualquier condición de
demostrar lo contrario, veo doble le dice a los compañeros, una vez le pidió a
un jugador muy compinche con él que no le pasara mucho la pelota y menos fuerte
porque no veía nada del escabio que cargaba, resultado, su compañero de equipo
no le hizo caso, le tiro un tremendo pelotazo a la entrada de área y él, como
siempre le pego de aire como venía y allá en el ángulo, donde anidan las arañas
decían antes, ahí, justo ahí la clavo, suerte diría después…
Vivía como jugaba, con lo justo, a pura
gambeta con los problemas y a puro firulete con el destino y el hambre,
excelente en la cancha nadie le enseñó ni ayudó a cuidar lo suyo, terminó donde
empezó, en “su” estadio, dejó todo en la cancha y su cuerpo lo pagó duro, vivía
sencillo si, vestía sencillo también, nunca un traje ni eso de andar de bailes,
pero eso sí, algún firulete tenía y alguna Corbatta también… “
Te extrañamos Orestes” Francisco S. Orbegozo
Gracias Francisco......
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